(Imagen
portada del libro: princesa vestida de rosa con expresión de fastidio y
aburrimiento).
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Carlota no quería besar sapos para ver si eran príncipes azules.
Carlota siempre trataba de encontrar respuestas y por eso no entendía por qué no había princesas que rescataran a los príncipes azules o que cazaran dragones o volaran en globo. No se cansaba de explicar: “¡yo no soy una flor, soy una niña!” Comprendemos muy bien a Carlota porque nosotros también estamos hartos de estereotipos y clichés. No nos gusta que nos digan que aspiraciones podemos tener y vamos a demostrar que podemos ser cómo y lo que queramos.
Ningún príncipe es la solución a nuestros problemas.
Jugaremos a lo que nos guste, estudiaremos, seremos bomberas o peluqueras, policías ó investigadoras, futbolistas o bailarinas… incluso podremos vestirnos de rosa, pero nunca dejaremos que nos digan cuál debe ser nuestro destino. Si hace falta, ¡nos lo inventaremos!
(Imagen con
diferentes pancartas que representan a la protagonista del cuento imaginando un
futuro con libertad para decidir la profesión y la forma de vivir)
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REIVINDICAMOS NUESTRO DERECHO A SOÑARNOS LIBRES.
Club de lectura inclusiva
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