Raina, la protagonista, solo quiere ser una chica normal, pero se tropieza y se rompe los dos dientes incisivos.
Los meses siguientes serán una tortura para ella: tiene que pasar por una operación, ponerse brackets metálicos, llevar un horrible casco y hasta le ponen dos dientes postizos. Pero además, tiene dificultades con sus amistades y problemas amorosos. Y por si fuera poco, tiene que lidiar con su familia y con ella misma, que nunca sabe lo que quiere y lo que no. Ahora quiere una cosa y después no. O sea, una vida bastante parecida a la mía y a la de cualquiera de mis amigos.
Me vi reflejado en Rania en momentos en los que se nota que tiene miedo a lo desconocido y al dolor, pero me hizo darme cuenta de que muchas veces tenemos miedo a cosas que sólo están en nuestra imaginación.
Por ejemplo, yo sé que no valgo más ni menos porque lleve un aparato en los dientes, o por si mi aspecto es diferente al de los otros, pero no puedo evitar sentirme avergonzado y tener miedo a las burlas.
¿Cambiaría algo? La protagonista se quedó sin novio por no atreverse a hablar con él. Me di cuenta de que a veces la vergüenza nos impide hacer cosas que nos gustaría hacer. Es como un freno. Así que procuraré tenerlo en cuenta.
Por Quirino, 2º ESO
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