En el mes que dedicamos a la mujer, tres fueron las obras escogidas para nuestro club de lectura de profes, pues representan casi un ciclo en la vida de la mujer y se cuestionan muchas tópicos: ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?, El aprendizaje amoroso y Mejillones para cenar.
En la primera de ellas, asistimos a una desmitificación de los cuentos clásicos que tanto gustan a las niñas: nuestra protagonista, Carlota, no quiere ser princesa, abomina el color rosa y no aspira a conocer a un príncipe azul. Ella desea tener esa otra vida que se atribuye en los cuentos tradicionales al papel que ejercen los niños: búsqueda de aventuras, de conocimiento, de creatividad. Y todo ello, quizá, porque son las lecturas que los adultos hacen a los niños, repitiendo esa herencia de modelos en la que se atribuyen un papel a los chicos y otros, diferente, a las chicas; con lo que el álbum se convierte en un canto a la igualdad desde bien pequeños.
En el segundo, el aprendizaje amoroso, el álbum comienza, precisamente, con un príncipe y una princesa que se casaron y que “fueron muy felices y tuvieron muchos hijos”. Tomando esta idea como punto de partida, se nos describe el día a día de esa pareja recién formada, como un reflejo de la vida cotidiana de cualquier pareja a lo largo de los años: los desencuentros por tener opiniones diferentes, las molestias derivadas de la convivencia, la llegada de los hijos, la soledad, la incomunicación, los celos,…
A diferencia del anterior, las ilustraciones cobran mayor relevancia no solo por el gran tamaño, sino , sobre todo, porque son críticas y representan los pensamientos de los dos protagonistas y, de esta forma, amplían la escasa información que aporta el texto escrito.
Un libro ideal para trabajar con los adolescentes.
